¿Qué pasos tienes que dar para ser un buen emprendedor?

¿Qué pasos tienes que dar?

 

Buenas noches emprendedores, es cierto que existe dinero en el mercado para emprender, pero ‘sólo’ para los buenos proyectos.

En líneas generales, un buen proyecto sería aquel que ofrece algo diferente al mercado, que tenga clientes que pagan por sus productos y/o servicios y que está dirigido por un equipo gestor competente y complementario. A partir de ahí, la clave es saber a qué puerta tienes que llamar, porque, en muchas ocasiones, los emprendedores pierden tiempo, energía y recursos en la búsqueda de financiación.

Es absurdo, por ejemplo, quemar naves intentando captar a un inversor privado que sólo invierte en proyectos con ambiciones internacionales, si tu desarrollo va a ser local.

Para centrar más el tema, te ofrecemos estos pasos que deberías tener en cuenta en el proceso de búsqueda de financiación para tu proyecto de empresa.

1. ¿Qué quieres financiar?

Fundamental. Es importante tener claro para qué necesitas el dinero. No es lo mismo financiar la tesorería, que un desarrollo, que una campaña de marketing, que una herramienta, que la contratación de un profesional, que salir a otro mercado, etc. No puedes llegar a un inversor y decirle que necesitas X euros y cuando el otro te pregunte para qué, tu le dices… para crecer. ‘Ya, para crecer, me imagino, pero cómo, de qué forma, en qué fases, cumpliendo qué hitos…’. Porque la gran mayoría de inversores sueltan dinero a medida que se van cumpliendo una serie de hitos, de fases, de logros cuantificables. ‘Te doy esto para que consigas aquello. Y luego te daré esto otro, para que consigas aquello otro’. Ya sabes lo que quieres financiar. ¡Perfecto!

2. Otras alternativas de financiación

Ahora bien. ¿Te has parado a analizar si lo que necesitas (tesorería, un desarrollo, una campaña de marketing, una herramienta, la contratación de un profesional, salir a otro mercado, etc.) sólo lo puedes conseguir a través de pedir dinero? Porque, a lo mejor, lo puedes conseguir a través de la externalización, haciendo socio a un proveedor, haciendo una joinventure, un intercambio, un socio industrial, un contacto, un intermediario con una comisión… Es posible que alguna otra alternativa te salga más barata que pedir dinero. Pero, después de analizar la situación, llegas a la conclusión que necesitas pedir dinero para financiar aquello que quieres hacer. Y ojo este proceso requiere un estudio concienzudo. No se debe tomar a la ligera: ‘Quiero hacer esto y pediré dinero’. Ya está. No, porque pedir dinero implica muchos riesgos.

3. ¿Con cuánto dinero cuentas tú o qué puedes ofrecer a cambio al otro u otros?

La mejor posición es tener algo que ofrecer, porque dependiendo del inversor te pedirá diferentes cosas: unos querrán ser socios, otros que les devuelvas lo que te han prestado más unos intereses, otros a cambio de la consecución de hitos (qué tipo de hitos, en qué plazos, etc.), otros te pedirán que hayas convencido a otros pequeños inversores previamente, otros te pedirán avales y/o garantías, etc. Muchos emprendedores van a pedir dinero, sólo con su idea, y se sorprenden que no se lo den. Pero hay que pensar que los inversores arriesgan su dinero y sólo lo arriesgan en proyectos en los que les vayan a sacar un retorno. Y eso es así y no hay nada de malo en ello. Hay que ofrecer algo a cambio y sólo una idea no es una moneda de cambio consistente. Tal vez, tus cartas sean el equipo gestor con experiencia, formación, complementario, etc.; o una cartera de clientes interesante; o un producto mínimo viable; o una base de datos de usuarios; o que los socios fundadores del proyecto hayan apostado sus recursos económicos; o que previamente hayas convencido a amigos y familiares para que metan dinero en él… algo, lo que sea. No puedes ir con las manos vacías.

4. Cuánto vas a pedir

Es importante saber si lo que necesitas es dinero, porque a lo mejor lo que necesitas es otra cosa. A lo mejor, lo que necesitas son contactos que te abran puertas en otros mercados, o una base de datos de clientes, o un socio industrial… Tan malo es pedir poco dinero como mucho, a pesar de lo que pueda parecer. Sobre este tema hay opiniones para todos los gustos. Hay emprendedores que prefieren pedir más dinero del que necesitan y ya ‘me iré organizando yo como pueda’ y otros sólo piden lo necesario para cada momento. Tan mala es una estrategia como la otra, aunque es cierto que atinar con la cifra exacta es complicado. Pedir más de lo que se necesita, a veces, es contraproducente, porque es dinero que no vas a utilizar y que deberás tener guardado. Imagina que necesitas gastarte X y consigues X+Y. Y ese Y lo tienes guardado para cuando lo necesites (y no nos referimos a tener un colchón de tesorería, que eso es evidente contar con uno). Si no inviertes o destinas ese Y a otra cosa que te de una rentabilidad, te estará ocupando ‘espacio’ y generando unos intereses que tendrás que ir devolviendo. Es decir, ‘yo inversor A’ te doy X+Y y ‘tu emprendedor B’ sólo usas X, que sepas que cuando tengas que devolver el dinero que te han dejado (en los plazos y condiciones acordadas) tendras que devolver la parte proporcional de X+Y y la Y no la estás utilizando y como creo que al emprendedor no le sobra el dinero, tiene esa parte Y de la inversión inactiva, que no le está generando beneficios y, en cambio, sí le está generando unos costes.

5. Necesidades financieras

Por eso es importante saber cuáles son tus necesidades financieras. Es decir, para qué necesitas el dinero y cuánto. ‘Voy a necesitar financiar esto y necesitaré tanto y una parte la puedo conseguir con recursos propios y otra con ajenos’. Hay herramientas que se utilizan para calcular las necesidades financieras como el descuento de fuljos y el árbol de decisión.

6. ¿Dónde puedes conseguir esos recursos ajenos?

Aquí es donde empieza la búsqueda de verdad. Todo lo anterior es la parte reflexiva interna y ahora hay que salir a cazar, en este caso, dinero. Y en ese sentido, ¿qué me interesa: un banco, un business angels, una sociedad de capital riesgo, un socio, un familiar, un amigo, una institución pública, etc.?

7. ¿Cuánto te va a costar pedir dinero?

El punto anterior no es baladí, porque dependiendo de quién te preste dinero, tendrás unas consecuencias u otras, porque cada inversor te va a pedir algo a cambio. Y en ese sentido, es importante saber qué busca cada inversor al apostar por tu proyecto. Hay inversores que lo que piden es que le devuelvas el dinero más unos intereses en unos plazos y condiciones concretas; otros buscan a cambio una participación en tu empresa; otros tener poder decisorio en el desarrollo de estrategias en tu compañía; otros una rentabilidad cuando salgan de la empresa vendiendo su parte; etc. En ese sentido, debes estudiar previamente qué supondrá para tu proyecto asociarte con tal o cual inversor. Si se convierte en socio, ¿en qué condiciones?, ¿con qué privilegios?, ¿a qué precio?, ¿durante cuánto tiempo?, ¿cómo será la salida? Si ‘sólo’ es el dinero, ¿qué pedirá a cambio (intereses, avales, garantías, plazos, penalizaciones, aplazamientos de deuda, etc.)? Todo esto es importante tenerlo muy claro, porque de la decisión que tomes, condicionarás el desarrollo futuro de tu proyecto.

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