¿Vendedores o asesores?
Últimamente, podemos observar en nuestro entorno el gran intrusismo laboral que se está dando en el sector financiero. No quiero mencionar ninguna empresa en concreto, pero hoy en día, siendo un buen comercial, ya puedes ser un buen asesor financiero. Estos «asesores financieros» no son más que simples comerciales, sin conocimiento ni relación con el sector -que usurpan el oficio de un economista titulado- y no tienen ninguna titulación oficial y con ello, tampoco los conocimientos que te reconoce la titulación.
Esto es un tema que me está disgustando bastante hoy en día, porque son ya tantas las empresas que tienen una RED COMERCIAL de «asesores financieros de cursillo de 2 días» y que, aun así, se hinchan a «encasquetar» productos financieros a gente a la cual perjudican sin darse cuenta por su ambición propia.
¿Dejarías que un cocinero, el cual ha sido toda la vida cocinero y no tiene conocimientos en medicina te operase del corazón?
La respuesta es un claro NO, y no quiero decir con esto que un cocinero sea menos que un asesor financiero, pero igualmente pasa a la inversa, un asesor financiero no debe cocinar en un restaurante si no tiene la formación que lo avale, son valores éticos que hoy en día, por el paro y por la mano de obra barata se están perdiendo totalmente.
¿Qué es un asesor financiero?
Según Wikipedia, El Asesor Financiero es el profesional que ayuda a descubrir las necesidades financieras, analizando circunstancias pasadas, presentes y futuras de su cliente, teniendo en cuenta la edad, su patrimonio disponible, su tipo impositivo, su situación profesional y familiar, y el resto de inversiones que pueda disponer. Una vez analizado su perfil de riesgo y sus necesidades, el asesor llevará a cabo sus recomendaciones de inversión, asesorándole según sus circunstancias y necesidades vayan cambiando y adaptándolas al momento actual.
La relación entre cliente-asesor es la base de un buen asesoramiento financiero, que se basa en un gran grado de confianza (con unos derechos y obligaciones por cada parte) y el asesor debe velar por los intereses del cliente como si fueran los suyos propios. Por ello, el asesor debe siempre ofrecer independencia y objetividad en todas las recomendaciones; contemplando siempre el largo plazo y lo más importante: debe crear, cultivar y mantener una estrecha relación con el cliente.
Generalmente, un asesor financiero dispone de una titulación de grado dentro del campo de las Ciencias Económicas (Administración, Economía o Contabilidad) con una o varias carreras de posgrado en Finanzas y/o Mercados de Capitales.
Como bien dice el último párrafo, el asesor financiero dispone de una titulación que le avala como asesor financiero y por la cual, es reconocido como una persona capaz de manejar un patrimonio o las finanzas personales de una persona o un colectivo.
Cada vez son más las empresas que nombran como «asesores financieros» a un simple comercial, el cual en muchos casos en los que yo he estado presente, el cliente sabía más de planificación financiera que el propio «asesor», pero claro, el asesor se ha aprendido sus propios productos y con tener conocimiento de ellos para comercializarlos, ya le basta para ser «asesor financiero».
Los «vendedores financieros»
A estos «asesores» se les suele calar muy fácil, porque es tanto el afán que tienen por el dinero y por vender que su afán no les deja pensar fríamente lo que de verdad están haciendo.
Además, quiero compartir una experiencia personal que vivió un compañero mío de facultad, andando por las calles de Murcia.
El chico iba andando tranquilamente por las calles murcianas, cuando a su paso, se le cruza un chaval con una carpeta y le dice: Perdona, ¿Quieres ser asesor financiero?, a lo que mi amigo le responde: Soy arquitecto, no dispongo de los conocimientos de asesoramiento financiero, Rápidamente el chico responde: No hacen falta conocimientos, con saberte 2 productos vale para vender.
Tal cual lo he contado, así pasó.
Esto no es inusual, esto pasa todos los días en «grandes multinacionales», las cuales se conocen por el hecho de que no son -financieramente hablando- serias. El problema de estos «asesores financieros» es que, como he dicho anteriormente, van buscando la venta de un producto financiero, suele ser de una aseguradora, aunque también los hay que son productos de banca, por la remuneración económica que esa venta le proporciona. No estoy diciendo que estos productos sean malos o sean una estafa, pero, posiblemente, no sean los adecuados para el perfil de este cliente, ya que el «asesor financiero» no ha sabido identificar las necesidades del cliente y le ha «encasquetado» el producto que más le remunera.
Suelen ser estas empresas, las que desprestigian a gente titulada de banca, tachándolos de ladrones y de personas no capacitadas para desempeñar el cargo de asesor financiero, cuando habitualmente, les suelen doblar en conocimiento y formación, pero claro, la principal idea de los vendedores financieros es, como en su nombre indico, vender a toda costa.
En conclusión, tenemos que saber elegir bien a nuestro asesor financiero, comprobar que ese asesor tiene los conocimientos por alguna universidad o escuela de negocios reconocida oficialmente y no es un simple comercial que, igual que vendía aires acondicionados, ahora vende productos financieros , su función es vender fondos de inversión y todo tipo de productos financieros de ahorro e inversión como si fuesen bolsas de pipas. Sin conocer los riesgos que conlleva, sin conocer como funciona en materia fiscal cada uno de sus productos para cada caso determinado, sin conocer como se hace la gestión y como funciona ese producto, en general, sin conocer lo que un buen asesor financiero debe conocer.
Desde mi punto de vista, estos «asesores financieros» deberían mirarse ellos mismos y pensar si de verdad están haciendo un bien a esta sociedad con su función de venta masiva de productos financieros, y pensar si ellos se pondrían en manos de un cirujano, el cual no dispone de la formación que requiere tener el oficio de cirujano. A ver que responderían ellos a la pregunta: ¿Dejarías que un cocinero, el cual ha sido toda la vida cocinero y no tiene conocimientos en medicina, te operase del corazón?
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